Hace ya tiempo que estube preparando esta entrada, la cual construí con mis opiniones y con algunas sacadas de un libro de Kryon, no recuerdo cual. Lo notará en uno de los párrafos donde copié la expresión española del libro de Kryon.
Esta entrada puede resultar ofensiva a personas cerradas de mente, ya que atenta contra ciertas creencias firmemente establecidas en su mente, pero debilmente construidas.
Pido de favor que no se tome en forma personal nada de lo aquí anotado, y si no le gusta, considerarlo un simple ejercicio literario.
"Ven, no te voy a hacer daño" es la frase que una persona con malas intenciones diria.
"Cuidate de los falsos profetas" es la frase que un falso profeta diria.
La teoría de la reencarnación aceptada
por la mayoría, es la que acepta nuestra inmortalidad y que toma la vida
como un cúmulo de experiencias, del tipo prueba error, por las que ir
puliendo esos errores, y pagando las consiguientes culpas, de una vida a
otra. Esto asume que nacemos con una culpa, la culpa que nosotros, con
otro cuerpo, otra identidad, otra percepción, otras creencias y otras
circunstancias, acumulamos. Tomaría la encarnación como un punto y
seguido, en el que la memoria no se conserva, el recuerdo no permanece,
pero si las cuentas pendientes. Nacemos con una deuda que hipoteca
nuestra nueva encarnación, lo que nos lleva a penar, por causas de las
que no somos conscientes. Que el niño de hoy, pague por los errores que
otro cometió, no parece un sistema justo y equilibrado, el karma no
parecería una obra de un Dios que es amor, si no todo lo contrario.
La reencarnación tal y como nos la
enseñan, significa que entramos en una rueda perpetua de encarnaciones,
en distintos tiempos, pero en un mismo espacio, en este caso, este
planeta. Los que nos lleva a pensar, que la gran mayoría de nosotros,
podríamos llevar cientos, si no miles, de encarnaciones. En esas
encarnaciones anteriores, no completamos las experiencias necesarias y
tuvimos que repetir una y otra vez un permanente ciclo de vida y muerte sin sentido, en el que no
habría modo de escapar en apariencia, y que para salir, tendrías que
convertirte en un avatar, como lo fue Cristo, Buda o Krishna. Esto te
deja una impresión bastante limitante, puesto que si en los últimos
miles de años solo unos pocos han llegado al estado de comprensión
suficiente como para salir de este Samsara, cuantos cientos de
encarnaciones les queda a los más de 7.000 millones de personas que
habitan la Tierra. Evidentemente esto cada vez tiene menos sentido.
Si lo miramos desde un punto de vista en
primera persona, nos queda de la siguiente forma… Nazco, me alimento y
crezco, conozco y experimento lo que es la alegría, la tristeza, el
amor, el odio, la risa y el llanto. Experimento todo lo que la vida me
ofrece, trabajo, me enamoro, tengo hijos y después nietos, experimento
el sufrimiento, la enfermedad, el desamor, posteriormente la vejez y por
ultimo muero. Me llevo conmigo una gran cantidad de experiencias, una
gran cantidad de sentimientos y emociones, me llevo el amor de los que
me quisieron y les dejo todo el amor que pude ofrecerles, pero no es
suficiente, tengo que volver a encarnar, lo acepto y lo creo necesario,
hice cosas incorrectas, me equivoque, cometí errores, me deje llevar
quizá, por mis bajos instintos muchas veces, más de las que desearía,
por eso, sé que si vuelvo a encarnar, podré pulir todo eso y ser un poco
mejor. Nazco, me alimento y crezco, no sé quién soy, ni qué hago aquí,
quiénes son estas personas que me acompañan y por qué estoy tan
indefenso. Tengo hambre, tengo frío, pero nadie me hace caso y solo sé
llorar para conseguir comunicarme y lograr la atención de esas personas.
Conozco y experimento lo que es la alegría, la tristeza, el amor, el
odio, la risa y el llanto. Experimento todo lo que la vida me ofrece,
trabajo, me enamoro, tengo hijos y después nietos…
Esto repetido así, una y otra vez, con
pequeñas variantes, pequeños matices que no alteran en modo alguno este
básico esquema. Podremos matar y que nos maten, robar y que nos roben,
torturar y que nos torturen, podremos morir de niños, de jóvenes o de
ancianos, podemos morir accidentalmente o suicidarnos, pero, si vivir es
solo experimentar para evolucionar, qué sentido tiene repetir esto,
cientos y cientos de veces, encarnando distintos roles, siendo mujer o
siendo hombre, alto, bajo, gordo o flaco, al final el esquema no varía,
nacer, crecer, reproducirte y morir. Unido a todo esto, un amplio
catálogo de emociones y sentimientos, acompañando cada uno de esos
repetitivos dramas. ¿De verdad es necesario repetir tanto todo esto?
Muchos aun veréis cierta lógica en la
reencarnación, la dualidad tiene múltiples combinaciones y múltiples
matices, múltiples formas de conocer el bien y el mal, pero finalmente
la dualidad son solo dos posturas, dos formas de entender cada una de
las cosas, ¿Seguimos pensando que la reencarnación tiene sentido?
Seguramente todavía habrá quien se aferre a esta idea, pero todo apunta a
que la reencarnación no es más que un desvío intencionado en el fluir
natural de la energía de Dios llamada alma. Alguien encontró el modo de
contener y mantener, ese fluido energético en este planeta y no es una
creencia, es una certeza, que hace que la reencarnación pierda su
sentido existencial y solo quede una sensación estúpida y vacía de
estafa.
El borrado de memoria al nacer no
sugiere que la reencarnación esté basada en la experiencia, si de verdad
adquirimos experiencia y esa experiencia es importante en nuestra
evolución espiritual ¿Para qué borrarnos la memoria? Con esto, nadie
jamás aprende nada de la experiencia y lo único que provoca es que se
cometan una y otra vez los mismos errores, se paguen una y otra vez las
mismas deudas y se arrastren las mismas culpas. Nadie puede aprender a
través de la experiencia, si se le obliga a olvidar dicha experiencia.
Qué sentido tendría si a un médico le borraran la memoria una vez
terminada su carrera, qué sentido tendría que un músico olvidara cómo
tocar su instrumento, qué sentido tendría que un pájaro olvide cómo
volar o un pez cómo nadar, pues esto es lo que postula la reencarnación y
que tanto sentido tiene para muchos y ninguno para la lógica y el
sentido común.
Una vez nos percatamos que la
reencarnación, tal y como está estipulada en este planeta, es un sistema
sintético o artificial para mantenernos presos en este orbe, con un
motivo o un fin poco claro aún, es un despropósito existencial.
Morir, entrar en el mecanismo (trampa)
reencarnatorio y nacer de nuevo. Una rueda de molino en la que comulgar
una y otra vez, sin sentido ni concierto.
Vivimos pensando que esta es nuestra
única vida, pero no nos percatamos que los cementerios están llenos de
huesos que alguna vez fueron nuestros. La arqueología solo desentierra y
expone en museos nuestros propios huesos, miles de años atrapados,
miles de cuerpos descompuestos, miles de vidas desperdiciadas, miles de
experiencias que no sirvieron para nada porque no podemos recordarlas.
¿Le parece a usted, buen lector, que tiene sentido el reencarnar?
Si el objetivo fuera repetir más vidas para lograr la autorealización a traves de la acumulación de experiencias, lo más razonable sería conservar TODOS los recuerdos.
Esta falta de sentido común la considero un buen argumento.
No creo que El Creador fuera tan torpe para crear algo inutil. ¿Acaso existe algo inutil en la naturaleza?
Este razonamiento me lleva a pensar que la reencarnación no fue instalada por el Creador: La creación fue saboteada.
Mi humilde consejo es que no se fie de quien dice ser su creador, hasta no encontrar pruebas -sometidas a un juicio de sentido común - que lo demuestren.
La reencarnación no es más que un modo sintético de retener en contra de su voluntad a todos los que vivimos aquí, pero no podemos seguir engañándonos con
el discurso espiritual que justifica la reencarnación y
la prisión espiritual que vivimos en este planeta.
La humanidad no se va a acabar por la ausencia de reencarnacines. Como cualquier estadista le puede informar, el número de humanos ha crecido a lo largo de nuestra historia, y se cree que hasta el año 2100 seguirá creciendo.
Estos humanos extra son personas no reencarnadas. No es necesaria una reencarnación para ser un humano, pues el proceso y procedimiento para la reproducción humana está perfectamente bien diseñada y es muy funcional.
En
otra ocasión hablaremos aquí de el proceso de la reencarnación paso a
paso, pero de momento permítame consolarle - o atemorizarle, al final
usted AHORA tiene decisión sobre lo que va a hacer -:
La reencarnación ya no es un programa funcional, ha fracasado.
Siendo un fracaso, dicho sistema a sido desmantelado, en un momento entre el año 2001 y 2010.
Ya no hay otra vida.
Esta es nuestra ultima ficha. Aprovechela.