martes, 2 de diciembre de 2014

La Estafa de la Reencarnación Sintética

Hace ya tiempo que estube preparando esta entrada, la cual construí con mis opiniones  y con algunas sacadas de un libro de Kryon, no recuerdo cual. Lo notará en uno de los párrafos donde copié la expresión española del libro de Kryon.

Esta entrada puede resultar ofensiva a personas cerradas de mente, ya que atenta contra ciertas creencias firmemente establecidas en su mente, pero debilmente construidas.
Pido de favor que no se tome en forma personal nada de lo aquí anotado, y si no le gusta, considerarlo un simple ejercicio literario. 


"Ven, no te voy a hacer daño" es la frase que una persona con malas intenciones diria.
"Cuidate de los falsos profetas" es la frase que un falso profeta diria.
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La teoría de la reencarnación aceptada por la mayoría, es la que acepta nuestra inmortalidad y que toma la vida como un cúmulo de experiencias, del tipo prueba error, por las que ir puliendo esos errores, y pagando las consiguientes culpas, de una vida a otra. Esto asume que nacemos con una culpa, la culpa que nosotros, con otro cuerpo, otra identidad, otra percepción, otras creencias y otras circunstancias, acumulamos. Tomaría la encarnación como un punto y seguido, en el que la memoria no se conserva, el recuerdo no permanece, pero si las cuentas pendientes. Nacemos con una deuda que hipoteca nuestra nueva encarnación, lo que nos lleva a penar, por causas de las que no somos conscientes. Que el niño de hoy, pague por los errores que otro cometió, no parece un sistema justo y equilibrado, el karma no parecería una obra de un Dios que es amor, si no todo lo contrario.

 La reencarnación tal y como nos la enseñan, significa que entramos en una rueda perpetua de encarnaciones, en distintos tiempos, pero en un mismo espacio, en este caso, este planeta. Los que nos lleva a pensar, que la gran mayoría de nosotros, podríamos llevar cientos, si no miles, de encarnaciones. En esas encarnaciones anteriores, no completamos las experiencias necesarias y tuvimos que repetir una y otra vez un permanente ciclo de vida y muerte sin sentido, en el que no habría modo de escapar en apariencia, y que para salir, tendrías que convertirte en un avatar, como lo fue Cristo, Buda o Krishna. Esto te deja una impresión bastante limitante, puesto que si en los últimos miles de años solo unos pocos han llegado al estado de comprensión suficiente como para salir de este Samsara, cuantos cientos de encarnaciones les queda a los más de 7.000 millones de personas que habitan la Tierra. Evidentemente esto cada vez tiene menos sentido.

 
  
Si lo miramos desde un punto de vista en primera persona, nos queda de la siguiente forma… Nazco, me alimento y crezco, conozco y experimento lo que es la alegría, la tristeza, el amor, el odio, la risa y el llanto. Experimento todo lo que la vida me ofrece, trabajo, me enamoro, tengo hijos y después nietos, experimento el sufrimiento, la enfermedad, el desamor, posteriormente la vejez y por ultimo muero. Me llevo conmigo una gran cantidad de experiencias, una gran cantidad de sentimientos y emociones, me llevo el amor de los que me quisieron y les dejo todo el amor que pude ofrecerles, pero no es suficiente, tengo que volver a encarnar, lo acepto y lo creo necesario, hice cosas incorrectas, me equivoque, cometí errores, me deje llevar quizá, por mis bajos instintos muchas veces, más de las que desearía, por eso, sé que si vuelvo a encarnar, podré pulir todo eso y ser un poco mejor. Nazco, me alimento y crezco, no sé quién soy, ni qué hago aquí, quiénes son estas personas que me acompañan y por qué estoy tan indefenso. Tengo hambre, tengo frío, pero nadie me hace caso y solo sé llorar para conseguir comunicarme y lograr la atención de esas personas. Conozco y experimento lo que es la alegría, la tristeza, el amor, el odio, la risa y el llanto. Experimento todo lo que la vida me ofrece, trabajo, me enamoro, tengo hijos y después nietos…

 Esto repetido así, una y otra vez, con pequeñas variantes, pequeños matices que no alteran en modo alguno este básico esquema. Podremos matar y que nos maten, robar y que nos roben, torturar y que nos torturen, podremos morir de niños, de jóvenes o de ancianos, podemos morir accidentalmente o suicidarnos, pero, si vivir es solo experimentar para evolucionar, qué sentido tiene repetir esto, cientos y cientos de veces, encarnando distintos roles, siendo mujer o siendo hombre, alto, bajo, gordo o flaco, al final el esquema no varía, nacer, crecer, reproducirte y morir. Unido a todo esto, un amplio catálogo de emociones y sentimientos, acompañando cada uno de esos repetitivos dramas. ¿De verdad es necesario repetir tanto todo esto?


Muchos aun veréis cierta lógica en la reencarnación, la dualidad tiene múltiples combinaciones y múltiples matices, múltiples formas de conocer el bien y el mal, pero finalmente la dualidad son solo dos posturas, dos formas de entender cada una de las cosas, ¿Seguimos pensando que la reencarnación tiene sentido? Seguramente todavía habrá quien se aferre a esta idea, pero todo apunta a que la reencarnación no es más que un desvío intencionado en el fluir natural de la energía de Dios llamada alma. Alguien encontró el modo de contener y mantener, ese fluido energético en este planeta y no es una creencia, es una certeza, que hace que la reencarnación pierda su sentido existencial y solo quede una sensación estúpida y vacía de estafa.

 El borrado de memoria al nacer no sugiere que la reencarnación esté basada en la experiencia, si de verdad adquirimos experiencia y esa experiencia es importante en nuestra evolución espiritual ¿Para qué borrarnos la memoria? Con esto, nadie jamás aprende nada de la experiencia y lo único que provoca es que se cometan una y otra vez los mismos errores, se paguen una y otra vez las mismas deudas y se arrastren las mismas culpas. Nadie puede aprender a través de la experiencia, si se le obliga a olvidar dicha experiencia. Qué sentido tendría si a un médico le borraran la memoria una vez terminada su carrera, qué sentido tendría que un músico olvidara cómo tocar su instrumento, qué sentido tendría que un pájaro olvide cómo volar o un pez cómo nadar, pues esto es lo que postula la reencarnación y que tanto sentido tiene para muchos y ninguno para la lógica y el sentido común.

 Una vez nos percatamos que la reencarnación, tal y como está estipulada en este planeta, es un sistema sintético o artificial para mantenernos presos en este orbe, con un motivo o un fin poco claro aún, es un despropósito existencial.
 Morir, entrar en el mecanismo (trampa) reencarnatorio y nacer de nuevo. Una rueda de molino en la que comulgar una y otra vez, sin sentido ni concierto.

 Vivimos pensando que esta es nuestra única vida, pero no nos percatamos que los cementerios están llenos de huesos que alguna vez fueron nuestros. La arqueología solo desentierra y expone en museos nuestros propios huesos, miles de años atrapados, miles de cuerpos descompuestos, miles de vidas desperdiciadas, miles de experiencias que no sirvieron para nada porque no podemos recordarlas.

 

¿Le parece a usted, buen lector, que tiene sentido el reencarnar?
Si el objetivo fuera repetir más vidas para lograr la autorealización a traves de la acumulación de experiencias, lo más razonable sería conservar TODOS los recuerdos.
Esta falta de sentido común la considero un buen argumento.
No creo que El Creador fuera tan torpe para crear algo inutil. ¿Acaso existe algo inutil en la naturaleza?
Este razonamiento me lleva  a pensar que la reencarnación no fue instalada por el Creador:  La creación fue saboteada.
Mi humilde consejo es que no se fie de quien dice ser su creador, hasta no encontrar pruebas -sometidas a un juicio de sentido común - que lo demuestren.

 La reencarnación no es más que un modo sintético de retener en contra de su voluntad a todos los que vivimos aquí, pero no podemos seguir engañándonos con el discurso espiritual  que justifica la reencarnación y la prisión espiritual que vivimos en este planeta.


La humanidad no se va a  acabar por la ausencia de reencarnacines. Como cualquier estadista le puede informar, el número de humanos ha crecido a lo largo de nuestra historia, y se cree que hasta el año 2100 seguirá creciendo. 
Estos humanos extra son personas no reencarnadas. No es necesaria una reencarnación para ser un humano, pues el proceso y procedimiento para la reproducción humana está perfectamente bien diseñada y es muy funcional.



En otra ocasión hablaremos aquí de el proceso de la reencarnación paso a paso, pero de momento permítame consolarle - o atemorizarle, al final usted AHORA tiene decisión sobre lo que va a hacer -:
La reencarnación ya no es un programa funcional, ha fracasado.
Siendo un fracaso, dicho sistema a sido desmantelado, en un momento entre el año 2001 y 2010.
Ya no hay otra vida.
Esta es nuestra ultima ficha. Aprovechela.

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