domingo, 9 de agosto de 2015

Síndrome del Me hago bonito



 

Si revisamos diccionario, encontramos la palabra síndrome: Conjunto de fenómenos que concurren unos con otros y que caracterizan una determinada situación.

Todos conocemos la historia: El patito era muy feo cuando era cría, pero al crecer se desarrolló como un precioso Cisne y todos lo admiraron.

Lo que nadie nos ha contado es la forma de asumir este cambio del "patito feo".


En su infancia, el patito se sabía feo. Lo más castrante es que todos los otros infantes eran entre lo normal y lo lindo. Los infantes de -casi- todas las especies suelen ser más lindos que sus versiones adultas.  En los humanos, aunque las crías no siempre son agraciadas (eh visto cosas que no debería ver nadie!), estaremos de acuerdo que se considera tierno o bonito a todo niño o niña no demasiado feo.

Cuando llegó la adolescencia del patito, sus hermanos mostraban signos de belleza en un rango normal para los patos.
Con los humanos, en la adolescencia esta situación no es para nada homogénea: Encontramos jóvenes muy atractivos y algunas versiones repulsivas.
No se le busque un sentido sexual a mis palabras, por que no hay de eso aquí: Todos mis lectores pasamos por la adolescencia y sabemos que es cierto.
En la adolescencia, a diferencia de con los patos, existen casi infinidad de posibilidades de ser feo o bonito.

 

Al convertirse en todos unos señores patos, los hermanos del patito feo obtuvieron una belleza ordinaria: No eran especialmente guapos, tampoco  asuntarían a otro pato. Su belleza era la típica belleza sin nada especial de un pato adulto.
En los humanos, hay muchos factores que determinan el grado de belleza alcanzado en su etapa adulta. No voy a dedicar mucho tiempo a analizarlos, pero sí a recordar algunos: Genética, sedentarismo, deportes, vicios, desvelos, cuidados de la piel, alimentación y mentalidad.
Lo que me atañe es que el "patito feo" al llegar a adulto mostró una increíble belleza…en comparación con los patos, pues él no tenía la belleza típica de un pato adulto. Él tenía la belleza típica de un cisne adulto! Es probable que si lo comparáramos con otros cisnes, su belleza estuviera dentro de lo normal, es decir, no destacaba para nada. Pero, comparado con patos adultos, sí que resaltaba su grado de belleza. 

 

 Esto me da material para dos entradas, pero las desarrollaré aquí mismo:

1.- Es frecuente que nos comparemos con otras personas en muchos aspectos.
Un aspecto frecuente de comparación es la belleza.
El problema es que esta comparación nos resulta comúnmente negativa, pues nos comparamos con personas muy distintas en contexto: Modelos, deportistas profesionales, artistas…
Los patos son feos en comparación a los cisnes porque son distintos.
No esperes verte como Miss Noruega cuando eres Mexicana.
Ambas, Miss Noruega  y tu, pueden ser hermosas, pero cada una en su ambiente puede parecer promedio.
Concluyo entonces, que la belleza difiere según el contexto.
*No niego ni ignoro que la belleza tiene algunos aspectos estandarizados y objetivos, como la geometría y composición.*

 


Y ahora el punto central de esta entrada:

El síndrome del Me hago bonito.

Bien. Arranca lo bueno.

Redacto a continuación un ejemplo de vida y usted verá si se identifica (que lo dudo) o si identifica a algún conocido (sin duda que si).

Zutanita era una infante de belleza promedio. Sí era bonita, pero, comparada con otros infantes, no destacaba en forma sobresaliente. Sus padres y familia la chulearon.

Zutanita entró en la adolescencia y se volvió medianamente atractiva. No lo suficiente para que los chicos anden detrás de ella, pero ninguno le sacaba la vuelta. No era la bonita entre sus amigas, pero no era de las feas. Era la 2da o 3ra más bonita de entre sus amigas. Tubo más de un novio, los cuales eran de una belleza promedio o baja.
Su novio la embarazó o se embarazaron, como guste usted interpretar.
Después del parto, Zutanita subió de peso, no en forma exagerada. Su cuerpo era lo que podemos clasificar como "gordibuena", aunque, en este caso, más gordi que buena. Su cara de adolescente mostraba granos y espinillas, y algunas cicatrices. Todo esto, un poco mas exagerado que en el promedio de sus amigas.
Su belleza seguía siendo promedio: Un rostro medio bonito pero con considerable acné; un cuerpo regordete pero sin ser exagerado. No era muy nalgona, nunca lo fue.
Salió de la adolescencia, adentrándose a una juventud con las mismas características físicas.
Con el tiempo, empezó a hacer algo de ejercicio (ella nunca había practicado deportes o ejercicios en forma regular). Como es de esperar, todo cuerpo de holgazán que se adentre a una rutina de ejercicio empezará a ver resultados en poco tiempo.
Al par de meses, empezó a adelgazar, por lo que se sintió motivada, entrenó con más disciplina y empezó a cuidar un poco su dieta.
Un año después, Zutanita ya no era una gordibuena mas gordi que buena. Ahora era una gordibuena promedio, aunque logró construirse buena pierna.

Que porqué tanto esfuerzo y solo logró llegar a gordibuena piernuda? 

Veamos:

Su rostro ha mejorado, pues ya no sufre de tanto acné, aunque algunas cicatrices nunca se fueron.
Su cara siempre fue de belleza promedio. Claro que, comparada con su cara de infante, lleva las de perder.
Su cuerpo perdió una buena cantidad de grasa y desarrolló cierta cantidad de musculo. Este musculo al no ser plenamente magro, sino rodeado de cierta cantidad de grasa, hace que la grasa perdida no sea tan notable como uno pudiera haber imaginado.
Zutanita usa la misma talla en blusa, pero ahora le queda mejor. Ya no parece que la blusa esté esforzándose.
En cambio, de pantalón sí bajó dos tallas. Ella lo sabe. La gente lo nota, pero no es excesivamente notable. Quienes conviven con ella desde siempre, lo notan tomando como referencia su embarazo, pero si comparan su recuerdo pre-embarazo y el ahora, pues prácticamente esta igual.
Lo más notorio es que ya no tiene una barriga protuberante, ahora esta "normal". Si come mucho se distiende y se nota, si deja de comer un día no hay cambio visible.

En síntesis, su belleza pre-embarazo fue promedio.
Durante el embarazo fue promedio.
Después del embarazo, aunque hubo mejora, sigue promedio.

Pero ahora, aunque ella es promedio, su autoestima esta elevado y se siente más bonita.
No está nada equivocada: Sí está más bonita pero no deja de estar en el promedio.
Esto da pie al síndrome del Me hago bonito.

Como ella se siente más bonita (y lo está), se le ocurre ir de visita a casa de sus amistades.
Acompañémosla.

 
( la foto no es de Zutanita y sus amigas, es una foto cualquiera de google)

Primero visita a la más bonita de sus amigas.
Ella siempre tuvo alta belleza y la conserva.
Ya no es una adolescente con cutis perfecto y cuerpo atlético y bien proporcionado.
Su cutis es el de un adulto joven, acorde a su edad: Con menos granos pero con unas cuantas arrugas. Definitivamente no se mira igual de bien, aunque suele ser de belleza superior al de Zutanita y superior al promedio.
Su cuerpo, otrora sensual y sin un gramo de grasa, ha mantenido su exuberancia, es incluso más atractivo: Delicado, bien formado y con un poco de grasa en él. No muestra barriga, pero si una ligera cantidad en su cintura. Su belleza corpórea es mayor a la de adolescencia.

Zutanita piensa "Su rostro a perdido belleza y ha engordado apenas un poquito".
En el mundo de Zutanita, su amiga lleva la delantera en belleza, pero ya perdió una pizca de lo que antes tenía.

Visita número dos, la amiga que competía con Zutanita en el puesto 2 de belleza entre sus amigas.
Le abren la puerta y se abrazan.
Ambas tenían un cuerpo promedio.
Zutanita era algo llenita, su amiga era más esbelta.
Zutanita tenia acné y un rostro lindo, su amiga casi no tenia acné, pero un rostro ligeramente menos lindo, le faltaba cachete.
Ahora, la amiga tiene un rostro más llenito, tan cachetona como la actual Zutanita, evidentemente mucho más que en el pasado.
La amiga ya no es tan esbelta, ahora está casi igual que la actual Zutanita.
Para fines prácticos, ambas mantenían una belleza promedio casi en el mismo nivel.

Zutanita piensa "La Susy sí que ha engordado. Me acuerdo que era bastante delgada la muchacha".

Tercera y última visita, será para la amiga más fea del grupito.
Su nombre era Marlenne y era muy flaquita. En la adolescencia sus senos estaban subdesarrollados, probable causa el deficit de grasa necesario para formarlos.
Su rostro, aunque sin acné, no tenía mucho chiste. Sus labios no resultaban atractivos para los muchachos, nunca tubo novio en la secundaria ni en la prepa.
Llega Zutanita y se abrazan.
Actualmente, Marlenne está más repuestita. Tuvo dos hijos, y el embarazo le ayudó a ganar algo de peso y preservarlo. Ya no es un costal de huesos.
Su cara muestra varias arrugas, pero nada de cicatrices de acné.
La grasa acumulada desarrolla en ella un par de senos pequeños, menos atractivos que los de Zutanita pero "Hey! Al menos ya no esta tan triste!" piensa Zutanita.

Zutanita se despide y piensa " La Marlenne se vé muy bien, ya no esta tan flaca y está haciendo cuerpo. Su rostro es apenas un poco más gastado.  "

Y así va por la vida Zutanita, juzgando en comparación al pasado  y en referencia a sí misma, sin darse cuenta de que, en realidad, ella sigue estando igual de bella que antes y que sus amigas siguen manteniendo la misma belleza que antes.
No avanzó en la escala de la belleza, no lo suficiente para salir del promedio.
No retrocedió como para pasar a la fealdad.
Y, por supuesto, Zutanita no sabe lo que sus amigas piensan: "Estas  igual que antes, pero un poquito más vieja".

Ojo: Nunca hablamos de su personalidad o si era buena onda, estamos hablando de belleza estética únicamente.

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